Creo que de las cosas que más me gustan de Freddie es cuando
termina una oración que le está diciendo a alguien con un “Darling”. Amo eso de
Freddie. Hay una entrevista que le hacen en Viena y, como todos sabemos, a
Freddie no le gustaba nada sentarse a hablar de boludeces con los reporteros (¿Reporteros?
¿Por qué estoy usando esa palabra que parece sacada de una película doblada en
México? Usaría periodista, pero periodista es una profesión y que alguien se
ponga a hacerle preguntas que cualquiera podría hacerle a otra persona creo que
no lo es. En fin. Sigamos. Como iba diciendo…), entonces el reportero (me sigue
sonando horrible, pero bueno) le pregunta algo así como que si le gustaba lo
que hacía, si disfrutaba de un día de trabajo en el estudio de grabación como
había sido ese día y Freddie le contesta: “amo mi trabajo, pero odio hablar con
personas como tú”. Pero como Freddie era toda una queen, tenía que matizar la crudeza de su respuesta y le termina
encajando: “eres la última persona con la que me toca hablar así que,
probablemente, obtengas la mejor entrevista, darling”. ¡No es lo mismo! ¿Se dan cuenta? No es lo mismo que ese darling esté o no esté al final de esa
oración (a partir de este momento finaliza el horario de protección al menor y
lo que sigue a continuación debe leerse con un tono de discurso panfletario y
emotivo, como si lo estuviera diciendo un presidente populista, pongamoslé). Porque
decirle querido a alguien, es mostrar
respeto y, a la vez, destruir las barreras de la desconfianza. Porque lo que
nos falta como sociedad es decir más darling
al final de cada oración que le digamos a un desconocido y así romper los muros
que nos separan como seres humanos que, aunque seamos muy distintos por afuera,
somos lo mismo por adentro, nos guste o no nos guste, señores.
Disculpen el arrebato, pero bueno, me pongo así a veces. Ya me
estoy tratando, no se preocupen. Es con una profesional muy buena. Todo bajo
control.
Como les iba diciendo, esa es una de las cosas que más me
gusta de Freddie. Pero obviamente no termina ahí el tema del guste para con él.
Aunque a Freddie no le gustaba dar entrevistas, como aquella vez en Hungría,
donde estaba paseando en un barquito por el Danubio y al bajarse uno de entre
la multitud de gente y prensa le grita: “Interview?”
y Freddie se para, lo mira, y le dice: “Oh,
don’t be ridiculous!” y sigue bajando las escaleritas del barco; en las que
concedió dijo de las cosas más desopilantes que le he escuchado decir a un músico.
O sea, be honest, no hay nada más aburrido que escuchar a un músico hablar
sobre el proceso creativo de una canción o un disco. No hay necesidad de
aburrir al espectador con cosas que realmente no le importan a nadie (CH) y
Freddie lo sabía.
Aunque quiero creer que hubo una entrevista que sí le gustó
a Freddie. En 1981, cuando Queen recorre América del Sur, llegando a Argentina,
Brasil y Venezuela, cuando se presentaron en el estadio de Vélez Sarsfield, en Buenos
Aires, hubo una entrevista que le hace la mismísima (y uruguaya) China
Zorrilla. Y China, al igual que yo, quedó embobada con Freddie. China, muchos años
después dijo:
Freddie
en una de las entrevistas.
Se tapaba la boca al reírse porque tenía dientes supernumerarios* y no le gustaba mostrarlos. |
“Le hice un reportaje (nótese que utiliza la palabra
reportaje, es decir, que la hace un reportero) hace 30 años y él se quedó impresionado con lo
firme que estaba yo. Era muy joven él. Estuve diez minutos charlando. Y, la
verdad, no te voy a inventar, me enamoré de ese tipo. Absolutamente era un ser
irresistible. (…) No sabía muy bien quién era en ese momento, pero me encantó.
Yo le dije que me cuente de su vida y también qué música cantaba. Parece que le
encantó porque estaba harto del piropo y del elogio. Como yo hablo bastante
bien inglés, ese día estaba bastante canchera. Y así fui descubriendo a ese
flaco feo sin darle mucha importancia. Pero sin duda me había encantado. Fue
muy gracioso. Recuerdo que estaba en Montevideo”.
Qué grosa, China! Estaba realmente canchera y le dijo que había pila de gente en Uruguay que le encantaba Queen. O sea, Freddie supo qué era Uruguay! En otra entrevista le preguntaron a qué personaje de la historia le gustaría conocer y él dice: “A María Antonieta”. Y el entrevistador (creo que esta palabra sí está buena) indaga acerca de qué conversaría con ella y Freddie le contesta: “Sobre joyas”. Aplauso cerrado. O la vez que llega a Brasil con Queen y hay como 250.000 entradas vendidas y le preguntan, antes de subir al escenario, qué se sentía tocar ante más de 200.000 personas y Freddie les dice: “No sé, todavía no lo hicimos”. Eso siempre me gustó de Freddie. No le importaba impresionar, ni quedar como un culto, al final del día ¿qué importa?. ¿Y lo que más más más me gusta de él saben qué es? Que se reía de sí mismo.
Por favor, (en serio) no se pierdan la entrevista que le hizo la
simpática Gloria María a Freddie la vez que Queen tocó en el Rock in Rio, en la
preciosa Barra de Tijuca, en 1981. No tiene ningún tipo de desperdicio.
(CH): Chascarrillo. Comentario jocoso que no quiere decir
que lo piense de verdad.